¡Me apasionan los faros! Y por eso en esta ocasión quiero traerte una pequeña selección de los que más me han impresionado en mis recorridos por el litoral gallego. Algunos son impresionantes por si mismos, otros lo son mucho menos, pero al estar en un paraje o contexto concreto cobran otra perspectiva que me gustaría contarte por lo que, comencemos este paseo por algunos de los mejores faros de Galicia.
Faro Silleiro (Bayona)
Comenzamos por el sur y aquí uno de los que mejor lucen al atardecer es el de Cabo Silleiro. En la costa de Baiona este faro marca el extremo de una punta que se enfrenta directamente con la más popular protagonista de la Ría de Vigo: las Islas Cíes. Forman ambas, por tanto, una de las puertas de entrada a la ría.
El Faro de Cabo Silleiro tiene ya más de 150 años, ya que se instaló en 1862, aunque el que puedes visitar actualmente es el edificio nuevo que se construyó a principios del siglo XX y que se sitúa más cerca de costa, distinguible gracias a su disfraz de “Donde está Wally”.
En sus inmediaciones pueden visitarse también los restos de las baterías militares que protegían el cuartel encargado de proteger la entrada a la ría en las primeras décadas del siglo XX. Sirvió también como aerofaro gracias al haz de luz que lanzaba al cielo e incluso llego a hacer funciones de radiofaro, comunicándose con los faros de Vilan y Fisterra.
Se sitúa además a pocos kilómetros de la Villa de Baiona, históricamente conocida por la llegada a su puerto de la Pinta, una de las tres Carabelas de Colón. De hecho, la Fiesta de la Arribada es la más conocida de la zona y celebra dicho evento.
Faros de Punta Robaleira y Cabo Home (Cangas do Morrazo)
Al otro lado de las Islas Cíes se encuentra Cabo Home, y en éste se sitúan hasta tres faros que marcan los límites de las puntas que, con su forma caprichosa y retorcida, invaden las aguas que permiten el paso por la zona norte de las Islas.
De los tres faros, dejo a un lado el de Punta Subrido para quedarme con los de Punta Robaleira (éste es más bien una baliza) y el propio de Cabo Home, ya que ambos están muy cerca uno de otro y su cercanía con la playa de Melide forman parte de un paraje de ensueño (llamado Costa da Vela) que merece la pena visitar, sobre todo a ultimas horas de la tarde.
El más grande de los tres es el de Cabo Home, que fue construido a mediados de siglo XIX (1853) en un periodo en el que se levantaban faros como churros por toda la costa. Debido a la niebla que se solía acumular en la zona, fue necesario añadirle una sirena (llamada la Vaca de Fisterra por razones que os contaré en otro faro) para avisar a las embarcaciones.
Si además quieres visitar al pobre faro discriminado, solo será necesario que cruces la playa y allí te estará esperando, ya que el de Punta Subrido complemente al de Cabo Home en sus labores de señalización.
Faros de Monte Faro y da Porta (Islas Cíes)
Y para cerrar el cinturón fronterizo de la entrada a la Ría de Vigo, solo queda hablar de los faros de las propias Islas Cíes. De entre todos los que se distribuyen por las islas, me voy a quedar con el de Monte Faro, el más alto y popular, y el de A Porta, ya que se encuentra en el camino de acceso al primero.
Ambos están en la isla principal y forman parte de la ruta de senderismo más popular y transitada de todas las de la visita al Parque Atlántico. A lo largo de este trayecto es inevitable pararse a contemplar algunas de las mejores vistas de las islas vecinas y de la propia ría de Vigo.
El faro servía para marcar la presencia de la isla desde el punto más elevado desde mediados del siglo XIX e incluso llegó a estar habitado en los años 60 por los fareros y su familia, que además ejercían de maestros de escuela, por lo que los niños que vivían en la isla debían subir todos los días hasta aquí para asistir a clase.
El faro da Porta es más pequeño y también más accesible y fue construido en los años 20 por lo que está a puntito de cumplir su primera centena en breve.
Faro de Cabo Touriñan (Muxía)
Saltamos de Pontevedra a Coruña ya que la Costa da Morte es otro de los lugares donde se pueden encontrar algunos de los faros más espectaculares y simbólicos. El de cabo Touriñan es uno de ellos.
El faro nuevo está justo al lado del viejo, erigiéndose más alto que este para intentar conseguir un mayor alcance de señalización.
Cabo Touriñan es conocido además por ser el extremo más occidental de toda la España Peninsular (en Portugal estaría una punta un pelín mas metida en el mar y lógicamente las Islas Canarias están todavía más al oeste).
Justo frente a sus costas transcurre el conocido como paseo otoñal, un paso de migración de aves por el que cientos de ellas se desplazan entre Septiembre y Noviembre buscando tierras más cálidas.
Faro de Punta de la Barca (Muxía)
Llegamos a Muxía en este recorrido y nos detenemos para visitar la Punta da Barca. Lo más popular de esta zona no es el propio faro, ya que es bastante simple, si no el santuario de la Virxe da Barca, la piedra de abalar y la de Os Cadris.
Pero como hoy estamos hablando de faros, a pesar de que éste no luzca demasiado, el fuerte oleaje de la zona y lo abrupto del terreno sugieren que su presencia no es para nada anecdótica. Esta baliza está muy cerca de cumplir los 100 años desde que se instaló y es la encargada de darle la réplica a su vecino de enfrente, el faro de Cabo Vilán.
Ambos son por tanto los centinelas que custodian la entrada a la ría de Camariñas, garantizando así la entrada con seguridad de las embarcaciones en busca de puerto seguro cuando el tiempo en la mar no acompaña.
Faro de Cabo Vilan (Camariñas)
Y claro, al otro lado de la ría de Camariñas está el segundo centinela, más alto e imponente. Un faro que está en la Costa da Morte, justo al lado de la Furna dos Infernos (agujero de los infiernos) y soportando unas habitualmente condiciones climáticas adversas la mayor parte de las veces debido a su ubicación no suele hacer recibimientos amables. El Faro de Cabo Vilan puede llegar a ser lo más parecido a El Cabo del Miedo que os podréis encontrar en el litoral gallego.
De hecho, su serpenteante sendero por el que ascender hasta llegar a él (o más bien al centro de interpretación, porque el faro está todavía más alto) recuerda a esas escenas de películas al más puro estilo de Hitchcock en el que una pareja se pierde intentando buscar un lugar donde refugiarse y acaba en el lugar más recóndito a expensas de cualquier capricho de la naturaleza y en manos de unos anfitriones de lo mas espeluznantes…
Por suerte a nosotros nos recibió el personal de la cafetería en la que ampararnos un poco del mal tiempo, por lo que no tenemos de momento ninguna historia de miedo personal de la que podamos hacer mención (y menos mal…)
El faro es de 1896, aunque hubo otro de vapor en el mismo lugar durante las décadas anteriores. Fue el primer faro de toda España en funcionar con electricidad y es uno de los de mayor alcance de toda la costa. Lo tiene todo, pero es que la peligrosidad de la zona también requiere de ello…
Faro de Fisterra (Fisterra)
El final alternativo del Camino de Santiago es también el lugar donde nos podemos encontrar con otro de los mejores faros de Galicia: el faro de Fisterra. Decenas, incluso cientos de peregrinos en las épocas altas, llenan el camino que lleva hasta aquí. El olor a ropa quemada envuelve la zona constantemente ya que cada peregrino que llega le echa más combustible a la hoguera. Y estoy seguro de que esos calcetines deben inflamarse por si solos…
El edificio anexo al faro, La Sirena, contiene el aviso sonoro popularmente conocido como la vaca de Fisterra por su característico sonido con el que se avisa a los barcos de su presencia los días de niebla. «Berra a vaca» (grita la vaca), decían los marineros cuando escuchaban su sonido. Ahora está intentándose que este sonido sea considerado patrimonio de la UNESCO.
El faro que se decía que marcaba el fin del mundo desde 1853 (erróneamente, por cierto, ya que como vimos es realmente el de Touriñan el más occidental) es también testigo de la desaparición del Sol cada noche (al menos hasta que la Tierra dejó de considerarse plana o Cristóbal Colón volvió a España después de chocarse con América).
Así era en los tiempos antiguos. Ahora, a sus años, sigue asistiendo, impertérrito, a la llegada de más y más peregrinos que vienen a despedir al Sol una vez más…
Torre de Hércules (A Coruña)
Se hacía de rogar pero por fin llegamos al faro más popular y majestuoso de todo el litoral gallego. Es, con mucha diferencia, el faro más antiguo de todos, ya que su origen romano ha perdurado desde su construcción, cuando la humanidad comenzó a contar los siglos en positivo.
Nació como faro y durante siglos esa fue su única e importante misión, por lo que hoy ésta está reconocida como tal gracias a su certificado como Patrimonio de la Humanidad. Su antigüedad, ligada a las leyendas y cultos de la época, derivaron en las historias que dotan de una mitología propia a esta construcción.
Por ello se cuenta que fue en estas tierras donde Hércules enterró la cabeza del gigante Gerión después de robarle su ganado durante uno de sus 12 trabajos o pruebas, o donde estuvo antes la mística Torre de Breogán. Son muchas las variantes de estas historias que además se asocian con la de la historia de la fundación de A Coruña, la ciudad donde se encuentra.
Faro de Cabo Prior (Ferrol)
El acantilado que desciende a partir de este faro es espectacular, pero también lo es el poder descender por él aprovechando las escaleras de acceso que permiten llegar a estar prácticamente situados en medio del mar sobre algunas de las rocas que surgen del agua.
En Cabo Prior se pudo ver, muuucho tiempo atrás, el paso de las ballenas por delante de sus costas hasta que la caza acabó con ellas. Otro faro más de los que se construyeron en la era dorada de los faros en Galicia, a mediados del siglo XIX, el de Prior se ve rodeado de baterías y edificios militares abandonados.
A pocos kilómetros de Ferrol, ciudad con tradición militar como pocas era lógico que un cabo como éste debía disponer de un sistema defensivo para proteger su condición de enclave estratégico. Por suerte, a día de hoy, esa necesidad ya no existe y esta zona es simplemente un remanso en el que reflexionar mientras el sonido de fondo de las olas rompiendo se deja sentir.
Faro de Isla Pancha (Ribadeo)
Y acabamos este viaje de faro en faro en el que es el más oriental de todo el territorio gallego ya que se encuentra justo frente al inicio de la costa asturiana: Isla Pancha. Este faro tiene la peculiaridad de encontrarse en una isla, lo que supone que para llegar a el hay que cruzar la pasarela que la comunica con tierra.
El edificio lleva en desuso desde hace décadas (no así el faro que sigue iluminando cada noche) pero un proyecto lo convertirá pronto en el primer establecimiento hotelero en un faro de toda España.
1857 es el año de nacimiento (otro más de la golden age de los faros) del faro más antiguo, que funcionó hasta que se construyó el nuevo, más alto y potente.
Faltan otros muchos faros a los que todavía no he tenido la oportunidad de fotografiar como son el de Punta Nariga en Malpica, el de Frouxeira en Valdoviño o el de Candieira en Cedeira por lo que, seguro que pronto podré sacar una versión revisada y aumentada de la lista.
Mientras tanto, ¿Por que no me cuentas cual es tu faro gallego preferido?
También te interesará
Mis 10 faros imprescindibles de Galicia
¡Me apasionan los faros! Y por eso en esta ocasión quiero traerte una pequeña selección de los que más me […]
Leer más ›Cabo Fisterra: El otro final del Camino de Santiago
El Cabo Fisterra marca el fin del mundo antiguo, antes de que otros continentes y tierras lejanas allende los mares comenzaran a […]
Leer más ›Bosque de A Fervenza, el pequeño secreto de la naturaleza en Lugo
Un pequeño paraje natural se esconde a escasos 15 kilómetros de Lugo. A orillas de un río Miño que nace […]
Leer más ›Millán Dasairas Viajes, fotos y, sobre todo, historias