Central Park en Nueva York, Yoyogi en Tokio e incluso El Retiro en Madrid. Todas las grandes ciudades y capitales del mundo tienen un pulmón verde en su interior, en un intento de compensar el terreno ganado a los bosques que seguramente siglos atrás dominaban las zonas que ahora están cubiertas de asfalto y hormigón. Varsovia tal vez no llegue a los niveles de urbanización y desarrollo de las grandes megalópolis, pero desde luego también tiene su pulmoncito encargado de insuflar nuevos aires a la ciudad. Así hemos llegado a nuestra última parada en Varsovia: el parque Łazienki.
El otro nombre que recibe el parque es el del músico y compositor polaco Chopin (mucho más fácil de recordar y escribir, desde luego). La estatua en la entrada es el primer referente que se encarga de dar este sobrenombre, aunque el hecho de que a lo largo del año sean muchas las ocasiones en las que las bandas de música clásica se reúnan en torno a ella para tocar algunas de sus piezas y de otros grandes artistas clásicos de la música sea probablemente otra de las razones con más fuerza para que se le conozca así.
Tal vez parezca entonces que cuando llegamos al parque, nos esperó algún cuarteto de cuerda a los pies de la estatua interpretando algún clásico, pero no. Dejando claro que la música es una constante pero que cualquier estilo musical es posible, lo que nos encontramos al llegar fue todo un festival de música en toda regla. Buscando una de las entradas al recinto del parque, nos acabamos metiendo en una zona acotada donde nos encontramos con carteles indicándonos que nos acabábamos de meter en el festival universitario JUWenalia sin que ningún guardia de seguridad nos impidiera la entrada (todo se redujo a una ligera revisión de nuestras mochilas). En la zona del parque conocida como Agrykola, estaba teniendo lugar el que es considerado uno de los mayores eventos culturares universitarios que intenta crear un ambiente de relax sin renunciar a transmitir cultura en el proceso. Pero sobre todo es un festival musical para los universitarios que empiezan sus vacaciones y dejan atrás los exámenes por fin, después de un largo curso. Y allí nos encontrábamos, en medio de centenares de estudiantes disfrutando de unas cervezas mientras los grupos de música se iban sucediendo.
Con el sonido de fondo de W.E.N.A., un rapero polaco, intentábamos encontrar la salida para poder continuar con la visita al parque (al fin y al cabo aun eran las 4 de la tarde y se nos antojaba un poco temprano para empezar a tomar cervezas y dejarnos llevar por el ambiente festivalero cuando aún no habíamos ni dado una vuelta por la zona…).
Una vez ya en los caminos que interconectan las distintas partes del parque, comenzábamos a recorrerlos, siendo sorprendidos en ocasiones por alguna ardilla suicida que saltaba desde algún árbol y cruzaba a toda velocidad el camino delante de nuestras narices para volver a desvanecerse entre los arboles al otro lado. Intenté capturar alguna con la cámara en plena acción, pero me resultó lo bastante complicado como para no enseñaros ninguna de las desastrosas fotos que salieron.
El parque, con unas dimensiones de unos 100 campos de fútbol (de primera división, no el patatal ese en el que seguro que tu o yo nos hemos dejado algún que otro tobillo atrás) requería tiempo y reposo para disfrutar plenamente de él. Además de caminos y jardines, también son varios los edificios clásicos que pueden ser visitados. De hecho, el parque y por lo tanto las vistas externas de los edificios y museos es completamente gratuito, pero entrar en ellos si tiene un coste. Si quieres acceder (cosa que nosotros finalmente no hicimos) puedes coger un bono que permite acceder a todos ellos y que no debería pasar de los 7-8€ (depende sobre todo de la época del año y el cambio de moneda). Para asegurarte de ello, consulta directamente en la web los horarios y tarifas ya que cualquier referencia que te pueda dar puede estar obsoleta para cuando leas esto!
El parque tiene también algunos lagos impresionantes y de hecho uno de los palacios que hay es llamado Palacio de la Isla porque, como su nombre indica, está en una y por lo tanto el agua lo rodea completamente. La Casa Blanca, el Anfiteatro, el templo de Diana… son muchas las distintas construcciones que lo forman, todas ellas construidas a lo largo de los tres últimos siglos (y muchas de ellas reconstruidas después de los bombardeos alemanes de la II Guerra Mundial). El origen del parque, como el de otros tantos, está como siempre en el capricho del rey de turno, en este caso Estanislao II, que se empeñó en tener su propio coto de caza cerquita de la capital y usarlo como residencia de verano. Como toda buena batida de caza acaba cansando y los reyes, aunque muy majestuosos, también sudan y se cansan, los lagos y estanques que conformaban el coto de caza se usaban como zonas de baño (que, mira tu que casualidad, Łazienki quiere decir baños en polaco).
Pues ahora ya sabes, si estás por Varsovia, cógete un bus de los muchos que llegan hasta aquí y disfruta una tarde tranquila paseando por aquí y déjate sorprender un poco por uno de los lugares de recreo favoritos de los varsovianos cuando luce el sol. Además, échale un vistazo a este post de Rafa, un crack que vivió casi un año en Varsovia y cuenta más cosillas que seguro que te interesan. ¡Enjoy!
También te interesará
Parque Łazienki: Un paseo por el pulmón de Varsovia
Central Park en Nueva York, Yoyogi en Tokio e incluso El Retiro en Madrid. Todas las grandes ciudades y capitales […]
Leer más ›Soleadas navidades en Cascaes
Mira tu si debe haber sitios originales en los que pasar la navidad hoy en día. Destinos típicamente navideños como […]
Leer más ›Historias de un recorrido por el centro de Varsovia
Huracanes, incendios, inundaciones, asedios, bombardeos,… Varsovia ha sufrido a lo largo de su vida todo tipo de calamidades que han […]
Leer más ›Millán Dasairas Viajes, fotos y, sobre todo, historias